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Productos Cárnicos

Existe una gran variedad de platos preparados basados en productos cárnicos. Ya sean carnes blancas (de pollo, pavo o conejo) o carnes rojas (cerdo o vacuno), la carne es una fuente clave de proteínas, vitaminas, grasas y minerales. Y es que en cualquier dieta equilibrada, este producto debe ser un alimento indispensable a incluir en la dieta. La pirámide nutricional de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) aconseja una ingesta de carnes blancas de varias veces a la semana, mientras que la toma de carnes rojas debe ser ocasional o moderada.

Las proteínas se caracterizan por ser de alta calidad, además de que contienen los aminoácidos correspondientes y esenciales para el organismo del ser humano.

Dichas proteínas ayudan a construir los músculos, así como sus tejidos de reparación. Asimismo, los productos cárnicos también contienen vitamina B12, la cual adquiere un protagonismo clave en la producción de células rojas de la sangre.

Haciendo hincapié en los minerales, los más relevantes son el hierro (al ser uno de los más abundantes), magnesio, calcio o fósforo, los cuales son imprescindibles para el buen rendimiento del organismo humano, e imprescindibles para evitar diversas enfermedades.

El consumidor tiene a su disposición una amplia variedad de platos preparados en esta categoría. Entre ellos, cabe destacar los nuggets o alitas de pollo, hamburguesas, albóndigas, carrilleras, etc.